La dirección de partidos en categorías de formación
Introducción
La actitud del entrenador en los partidos debe ser en todo momento positiva. Su conducta será un elemento fundamental para que los jugadores no pierdan la ilusión y que el momento del partido, independientemente del resultado, sea una experiencia importante dentro de su proceso de formación.
Actitud del entrenador en la competición
El entrenador debe, siguiendo su propia metodología, destacar siempre las acciones correctas, algo difícil de conseguir dada la tensión del momento, y dejar de lado el análisis de los errores durante el juego.
Si el entrenador es realista, sabe de antemano, cuáles serán los fallos que los niños van a cometer. Debe intentar auto controlarse y no enfadarse con ellos para conseguir que los jugadores no aumenten su inseguridad. En caso contrario, la inseguridad y el nerviosismo de los jugadores irá en aumento provocando un mayor número de errores.
El entrenador debe anticiparse y modificar algunas acciones a lo largo del partido reforzando, por ejemplo, posiciones, gestos o decisiones técnicas que los niños no dominan.
El partido en sí, es parte de la formación. Una experiencia que debe servir al entrenador para que los niños sigan avanzando. En este sentido, el entrenador tiene un propósito claro: reforzar en todo momento las acciones correctas. De ese modo fomentará una motivación en el jugador que buscará repetir esa acción premiada y recompensada por su entrenador y por su equipo.
Los niños deben acudir al partido con la intención clara de pasarlo bien y de disfrutar. Se debe dejar de lado una conducta agresiva o los enfados con cualquier persona que esté en la pista y aprender de los fallos y procurar repetir las acciones exitosas para motivarse.
El niño debe tomar consciencia de que el triunfo, en sí, es un trabajo de equipo dejando de lado las individualidades.
El entrenador, debe intentar conseguir en los jugadores esa actitud. Su trabajo a lo largo del partido es crucial para conseguirla.
Debe controlarse en todo momento intentando exigirles siempre sabiendo de antemano que lo sabrán hacer. El reproche a lo largo del partido no es positivo, sin embargo, animar a los a jugadores y disfrutar de su juego creará un ambiente propicio para que el equipo siga avanzando en su aprendizaje.
En definitiva, la conducta del entrenador será, en esta ocasión también, un modelo a seguir.
➤ Te puede interesar: Ejercicios de calentamiento en categorias de formación |
Actuación del entrenador ANTES de la competición
Tal como hemos explicado, el entrenador debe ser realista, conocedor del juego que es capaz de realizar cada uno de los niños y el equipo en su conjunto. Es una labor primordial de un entrenador.
El entrenador debe establecer cuáles son sus objetivos de dirección del partido, a qué situaciones debe prestar más atención y cuáles no debe atender, cuáles serán las dificultades con las que se pueden encontrar y cómo resolverlas en el caso en que aparezcan.
Es importante que el entrenador se marque uno objetivos y un plan y que dedique unas sesiones de entrenamiento a preparar ese partido. Es bueno reunir a los niños en la última sesión para explicarles cuál es su plan, y qué espera de ellos. En esta reunión es importante no hablar de un resultado, sino de un buen juego, de su mejor juego como equipo.
El entrenador debe dirigirles, no sancionarles ni ilusionarse como si fuese uno de ellos, debe también explicarles de forma muy concreta las conductas que deben seguir y prepararlos para poder anticiparse a las dificultades que puedan surgir. Esta preparación les ayudará de forma positiva a lo largo del juego puesto que no les sorprenderán y sabrán cómo gestionarlas.
Toda esta información debe ser transmitida de forma muy concisa y concreta manteniendo en todo momento tranquilidad evitando la presión. Se debe saber dosificar la información para que los jugadores sean capaces de asimilarla y evitar alargar demasiado la charla. En definitiva, el entrenador debe dar instrucciones claras y precisas usando frases cortas y evitando en todo momento las explicaciones demasiado largas y/o técnicas.
➤ Te puede interesar: Que decir en el vestuario en el descanso de una competición |
Actuación del entrenador DURANTE de la competición
Hay dos momentos en un partido: los periodos de participación activa y los periodos de pausa.
1. Los periodos de participación activa:
Si los jugadores dominan bien el juego es importante que el entrenador no les distraiga dando indicaciones o haciendo comentarios sobre alguna jugada anterior o corrigiendo algún error.
Por otra parte, alentar al jugador es necesario si queremos aprovechar el partido para reforzar conductas. Una palabra enérgica con un tono de voz alto y contundente puede ayudar al niño a tomar una decisión. Por ejemplo ‘pasa’ o ‘tira’ en un momento decisivo puede ayudar al jugador a realizar una acción correcta sin que, por ello, el niño se distraiga. Tras esa participación del entrenador, y para consolidar conductas, se deben reforzar las conductas correctas, hayan tenido o no un buen resultado. El entrenador conseguirá, de esa manera, que una acción correcta se convierta en una conducta habitual.
El entrenador, tal como ya hemos comentado, debe en todo momento animar a los jugadores en formación y motivarles en la realización de buenas acciones, nunca enfadarse con ellos.
2. Los periodos de pausa:
Según la duración de la pausa, el entrenador podrá transmitir más o menos información. Sin embargo, lo que se les quiera transmitir debe ser claro y preciso ya que su atención está en el juego y es difícil para ellos centrarse en las palabras. Sólo hay que darles las premisas para que su juego sea mejor en las participaciones activas y, como siempre, el entrenador no debe entrar en consideraciones ni recriminaciones individuales.
Si la pausa es larga, el entrenador puede hacer un breve análisis de lo que ha pasado para mejorar el resto del partido, si son cortas no debe hacerlo.
El entrenador debe tomar decisiones importantes, elegir los momentos de pausa, hacer cambios, alentar, reforzar… teniendo siempre en cuenta que todas sus acciones van a tener una repercusión psicológica en el niño. Un cambio justo después de un error puede tener consecuencias nefastas en la motivación de un jugador que incluso podrían llevarle a evitar alguna acción arriesgada por miedo al fracaso. Si el niño intenta una acción cometiendo un error, el entrenador no deberá gesticular ni realizar comentarios negativos, ni siquiera enfadarse. El entrenador tendría que haberse anticipado. Hay que premiar las acciones para que los jugadores no se desmotiven y lograr así que sigan intentándolo.
Niños jugando a baloncesto en categoria de formación
Actuación del entrenador DESPUÉS de la competición
Justo después de un partido no suele ser un buen momento para comentar. Ni el entrenador ni los jugadores están en condiciones óptimas ya que están cansados y afectados tanto si el resultado ha sido satisfactorio como si ha resultado un fracaso. A veces tienen prisa porque se les espera para celebrar la victoria y otras, por la propia derrota no están receptivos. Normalmente, los jugadores interpretan erróneamente lo que su entrenador les comenta a pesar de que su intención sea únicamente que mejoren.
El entrenador debe controlarse también en estos momentos ya que llevado por el ímpetu podría enviar algún mensaje que, mal interpretado o no, pueda resultar improductivo o que, incluso, podría llevarle al arrepentimiento posterior. Por otro lado, si se muestra excesivamente contento y bromea con ellos, comparte su momento de alegría con euforia puede perder capacidad de liderazgo y eso puede repercutir en su trabajo posterior.
Por todo ello, lo mejor es que el entrenador no hable con sus jugadores después de un partido.
Sería conveniente que el entrenador, al empezar la temporada, comentase este aspecto. Tiene que explicarles que no les hablará después de los partidos, que lo mejor es que cada uno haga su valoración y en la siguiente sesión de entrenamiento se puede comentar y analizar. El entrenador, sin embargo deberá anotar todos los datos necesarios: si se han cumplido los objetivos planteados, si el plan se ha seguido, etc, y antes de empezar la sesión de entrenamiento posterior al partido se deben analizar de la forma más objetiva y constructiva posible.
➤ Te puede interesar: Crea tu perfil y date a conocer |