Estrés en el deporte (estrés competitivo)

Sin duda, en numerosas ocasiones un jugador puede sentir una excesiva presión que en términos psicológicos denominamos estrés. El jugador percibe una demanda de una situación, ya sea un partido importante o una acción concreta del mismo. Por ejemplo, lanzar un tiro libre en los últimos segundos estando mi equipo por debajo en un punto. En esta situación, el jugador puede pensar de distinta manera.

 Por ejemplo, podrá plantearse lo siguiente:

1. ¿Me beneficia esta situación?, ¿gano algo ante este momento?
2. O en cambio podría pasarse por su cabeza lo siguiente ¿me perjudica el hecho de lanzar el tiro libre?, ¿pierdo algo ante esta situación?
3. Otra opción podría ser que para el jugador este momento no significara nada en especial y lo considere irrelevante. Me da igual meter la canasta o no.

Este análisis de la situación es lo que psicológicamente se denomina evaluación subjetiva. El jugador evalúa la situación y “decide” si es un beneficio para él el hecho de lanzar, o por el contrario si es irrelevante para él o algo que le perjudica en ese momento o a posteriori.

Esta evaluación dependerá de que el jugador tenga recursos o no para afrontar la situación. Es decir, ¿puedo controlarme y sé que hacer ante estas situaciones, o por el contrario la situación me desborda, me hace desconcentrarme y no podré finalizar con éxito la jugada?.

Generalmente en este tipo de situaciones aparece el estrés. Con esto no queremos decir que todo estrés sea malo por definición. Moderadas dosis de estrés son permitidas e incluso beneficiosas para rendir adecuadamente. Este será el momento donde el jugador evalúa si la situación es una amenaza para él o un reto.



Si es una amenaza, comenzará a tener toda una serie de pensamientos negativos como: fallaré, echaré por tierra todo el trabajo del equipo en esta temporada...saldré muy perjudicado, no sé que hacer ante esta situación. O lo que es lo mismo, el jugador no tiene recursos para afrontar esa situación. Por tanto, aparecerá un mal afrontamiento y el estrés que será negativo.

En cambio si lo considera como reto, afrontará el tiro de forma adecuada ya que todo desafío es motivante y ponerse a prueba es un hecho que nos gusta por naturaleza a todas las personas. Podrá pensar...si lo consigo tengo muchos beneficios, sé perfectamente lo que hacer para lanzar. Es decir, el jugador tiene los recursos necesarios para enfrentarse a este momento. Si el jugador tiene estos recursos y sobre todo, cree realmente que los tiene (ya que puede tenerlos y no saber utilizarlos), el afrontamiento de la situación será el adecuado y por tanto será una situación de estrés positivo.

Todo ello tiene un valor importante, ya que si el afrontamiento es negativo, por tanto una situación de estrés inadecuada, aparecerá un aumento de tensión muscular que casi con toda probabilidad desembocará en un mal gesto técnico o táctico.

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Si mi tiro normal es relajado y a causa de la situación tenso los músculos de mi espalda por ejemplo, el gesto técnico cambiará y la probabilidad de fallar aumenta. Al mismo tiempo mi atención no es la idónea, ya que estoy pendiente de “lo que se me viene encima”, en vez de centrarme en lo que toca, que en este caso es lanzar el tiro libre como lo hago habitualmente.

Y, habitualmente realizo todo un ritual donde en ningún momento aparece el hecho de pensar en las consecuencias de fallarlo.



En los entrenamientos un jugador lanza un tiro libre sin presión de este tipo y va ritualizando su gesto técnico y de concentración. En este caso cambia completamente su ritual de lanzamiento y probablemente realizará fallos técnicos o tácticos según la situación del partido.

Ante esta situación, el jugador tendrá que afrontarla de alguna manera. Los tipos de afrontamiento más habituales son los siguientes:

En resumen, aunque en el contexto competitivo se produzcan situaciones que provoquen que nuestro rendimiento no sea el idóneo, disponemos de diferentes estrategias para hacer frente a esas situaciones, ya que depende de nosotros mismos que las afrontemos de una manera eficaz para que nuestro rendimiento además de no verse perjudicado pueda incluso mejorar.

La utilización de diferentes estrategias de afrontamiento frente al estrés, necesitan de entrenamiento para así adaptarlas cada uno a su disciplina deportiva en la que compite. Es importante determinar no sólo cuál será la idónea en función del deporte practicado o la situación estresante sino también en qué momentos utilizarla.

Esperamos que el artículo te haya sido útil. Y si no sabes como afrontar el estrés competitivo, te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros para que nuestro Coach Hugo González, especialista en estos temas, pueda asesorarte y ayudarte a afrontar las situaciones de estrés que se presentan dentro y fuera de la cancha. 

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